La planificación familiar es un conjunto de prácticas y métodos que permiten a las personas y parejas tomar decisiones informadas sobre el número de hijos que desean tener y el espaciamiento entre ellos. También implica el acceso a servicios de salud reproductiva, educación sexual y contracepción.

 

La planificación familiar tiene como objetivo principal mejorar la salud y el bienestar de las personas y las familias al permitirles tener el control sobre su fertilidad y tomar decisiones conscientes sobre su vida sexual y reproductiva. Al tener la capacidad de decidir cuándo y cuántos hijos tener, las personas pueden planificar su vida de manera más efectiva, mejorar su situación económica y tener una mejor calidad de vida. Existen diferentes métodos de planificación familiar, que van desde los métodos naturales, como el monitoreo de la fertilidad y la abstinencia periódica, hasta los métodos anticonceptivos modernos, como los condones, las píldoras anticonceptivas, los dispositivos intrauterinos (DIU), los implantes hormonales y la esterilización. Además de la contracepción, la planificación familiar también incluye otros servicios de salud reproductiva, como la educación sexual, la prevención y tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, la atención prenatal y postnatal, y el acceso al aborto seguro y legal en aquellos países donde está permitido.

 

La planificación familiar es un derecho humano reconocido internacionalmente. La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo de 1994 y la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 destacaron la importancia de la planificación familiar como un componente esencial para el desarrollo sostenible y la igualdad de género. En resumen, la planificación familiar es un conjunto de prácticas y servicios que permiten a las personas y parejas tomar decisiones informadas sobre su vida sexual y reproductiva, con el objetivo de mejorar su salud y bienestar, así como el de sus familias y comunidades.